Quilapayún Header Quilapayún - Sitio oficial
Agradecimientos
PorQuilapayún FechaNoviembre 2008

Ahora que han pasado los días de tensión y de inquietud que vivimos en relación con los conciertos del Estadio Nacional en Santiago y del Folies Bergère en Paris - ambos coronados con maravillosas respuestas del público - es bueno recordar a quienes nos han ayudado a que todo esto haya sido un éxito. Es importante que se sepa que a lo largo de todos estos años que van desde nuestra histórica presentación en el Homenaje a Allende en el 2003, hasta hoy día, son muchas las personas que nos han entregado su generosa colaboración, actuando simplemente por el cariño y la admiración que tienen por el Quilapayún. Sin esta ayuda, habría sido casi imposible para nosotros enfrentar estos desafíos. Entre estas personas, cuya lista sería larga de nombrar, creo que es justo agradecer especialmente lo que han hecho por nosotros los grupos Preludio y Ventiska y, en particular, Héctor “Tito” Delgado, del primero, y Richard Beltrán y Nelson Riquelme, del segundo.

Quién ha sido nuestro contacto con estos grupos es, por cierto, Ricardo Venegas, quien desde que puso su pie en Chile comenzó inmediatamente a transformarse en el referente del Quilapayún que todos los grupos jóvenes buscaron para apoyar su trabajo artístico y musical. El coro de 40 jóvenes que cantaron con nosotros el final de la Cantata Santa María en septiembre de 2003 en el teatro Teletón fue la demostración más palpable de ese trabajo, que hasta ahora no ha cesado de dar frutos. En el “Reencuentro” ha quedado un testimonio grabado de este impresionante vínculo del Quilapayún con las nuevas generaciones.

Pero sin “Tito” Delgado no habríamos podido presentarnos en Quito en el Festival organizado por la Fundación Guayasamín, actuación que nos abrió nuevamente el camino hacia el público ecuatoriano. Y sin la colaboración de Preludio no habríamos podido llegar a nuestras actuaciones del 2003 y a todas las que posteriormente hemos hecho en nuestro país. Ellos no solamente nos ayudaron a los que estábamos en Chile a foguear las canciones de nuestro repertorio, sino que además nos acompañaron en varias giras prestándonos sus propios instrumentos y ayudándonos a armar y desarmar el aparato instrumental de nuestros conciertos. Hasta nos hemos presentado juntos cuando ha habido que hacer actuaciones en representación del Quilapayún, como, por ejemplo, cuando fuimos requeridos este año por la Fundación Víctor Jara para cantar en el Estadio Víctor Jara o por la Asociación “Amor de papá” para cantar en la Plaza Bulnes.

Después vino el apoyo de los Ventiska, que nos han acompañado en todas nuestras últimas giras en Chile y que estuvieron, por cierto, una vez más ahora en el Estadio Nacional. Es emocionante ver llegar al Richard y al Nelson (parece una canción de Payo Grondona) sudorosos y cargados con bombos, tumbas y guitarras, como si fuera una actuación de ellos mismos, pero solícitos y siempre sonrientes, tratando de solucionar todos nuestros problemas logísticos. “Aquí están las maracas maestro” le dice el Richard a uno de nosotros ofreciéndoselas cuando de pronto este descubre que ha olvidado traerlas al escenario. Son como ángeles guardianes del Quilapayún, tan preocupados de que las cosas salgan bien como cualquiera de nosotros.

Los Preludio han montado una buena parte de nuestro repertorio y se han ocupado de hacerlo conocer en el público popular. De ese modo, nuestra ausencia de tantos años ha tenido un contrapeso y ha podido llegar adonde tenía que llegar. Por su parte, los Ventiska han remontado viejas canciones de nuestro repertorio que se encontraban olvidadas, dándoles una nueva vida. Me tocó asistir a un concierto del grupo y no lo podía creer: escuchar nuevamente canciones como “La marcha de la producción” o las canciones contingentes que en esa época montamos con los Manguaré, lo hacía a uno transportarse directamente a los tiempos de la UP.

Por eso, gracias Richard, gracias Nelson, gracias Tito, gracias Preludios y Ventiskas, también ustedes ya forman parte de esta historia. Frente a estos gestos de ustedes que solo son explicables por el cariño que le tienen a este grupo que con dificultad sigue cumpliendo con su gente, a nosotros solo nos queda seguir tratando de responder con esfuerzo y honestidad a estas expectativas. Ustedes han comprendido primero y mejor que nadie que el auténtico Quilapayún está ahí donde se enlaza con verdad y profundidad el pasado con el presente, ahí donde canta y cantará siempre la voz de nuestro pueblo, que, por supuesto, también es la sincera y potente voz de ustedes.