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Mendoza: Yo no fui pero estuve...
PorHugo Lagos FechaMarzo 2009

Fue durante una gira a Japón en 1982. Mirábamos la tele sin entender nada. Era la guerra de las Malvinas y la soberbia Thatcheriana con el apoyo europeo había mandado barcos de mercenarios al polo sur para “recuperar” aquellas islas del fin del mundo que los militares argentinos en una exacerbación nacionalista habían proclamado territorio nacional pasando por encima de tratados internacionales. Los “chicos” perdieron la guerra y si alguna buena consecuencia trajo éste desastre fue la caída de la dictadura.

Fue impresionante ver llorar, en la misma tele años mas tarde, Margaret Thatcher demisionada por sus propios amigos conservadores. El poder no es eterno.

En 1983 Alfonsín fue elegido presidente y allá partimos con guitarras y bombo a celebrar el acontecimiento democrático en el hermano país. Fue una linda gira, salvo en una ciudad…. Mendoza.

El día de la presentación la expectación era grande como grande la cantidad de compatriotas chilenos que habían atravesado la cordillera par venir a ver al Quila y respirar un poco de aire puro y libertario.

En la prueba de sonido nos dimos cuenta que el material, micrófonos, parlantes y amplificadores, era más digno de una quinta de recreo que de un concierto nuestro, es decir, malísimo. Se nos cayó el alma.

Fue un ingeniero de sonido chileno que venía de Santiago el que pudo gracias a su talento salvar la situación sacándole “trote” al deficiente sonido previsto por el organizador. El concierto fue grabado y transmitido por Cooooperativa.

A pesar de todo fue inolvidable y emocionante éste primer encuentro del Quila con el público chileno en la hermosa ciudad de Mendoza en tiempos de dictadura.

¡Mendoza, tierra del sol y del buen vino! exclamó el poeta Armando Tejada Gómez, viejo lobo de mar como él mismo se autodenominaba. De él es el texto de la “zamba del riego” en el disco X Vietnam, creo que ya ni se acordaba. Era en 1985 Tejada estaba a cargo del recitado de la cantata y le hacía honor a su ciudad natal sobretodo en la parte del buen vino… simpático y exuberante, terminamos bautizándolo “Tejode Gómez…”. Que en paz descanse.

Por eso y por tantas cosas más, yo no fui pero estuve. Y en Paris desde lo alto de la torre Eiffel, aguzando un poco la vista se alcanzaba a ver el paso de los Libertadores, la cordillera y los azulados cielos de verano austral.

Argentina sigue siendo para nosotros una historia de amor.