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Sub-Terra
PorHugo Lagos FechaOctubre 2010

René miró emocionado el rescate de los 33 de San José por la televisión como millones de otros franceses, con una diferencia no poco importante, René es un ex minero del carbón hoy día jubilado.

Miraba en silencio compartiendo en la distancia lo que vivían sus lejanos colegas chilenos, efectivamente, a él le tocó vivir a fines de los años 60 un derrumbe a 450m bajo tierra en una carbonífera del norte francés, afortunadamente la angustia le duró poco tiempo, su rescate se realizó rápidamente en sólo unos días. Nadie mejor que él para entender lo que estaba sucediendo por esas áridas tierras del sur del planeta.

Los numerosos reportajes nos mostraban en Europa día a día la odisea de los 33, Chile fue el centro de la atención durante dos meses y los cerros que rodean Copiapó dieron la vuelta al mundo, la cosa se aceleró con la salida al aire libre de Lucho Urzúa y los suyos de a uno por uno. Lágrimas, banderas, vivas Chile, cuecas, canción nacional, Piñera, abrazos, bocinas, helicópteros, carpas, autos y camiones, sin olvidar el payaso que estuvo revolviéndola para no perder el legendario buen humor nacional, “no se retire señora que pronto van a salir…” acompañaron la vuelta a la vida de los compatriotas. No faltó nadie.

Se hablará mucho tiempo de este acontecimiento que desde ya forma parte de nuestra historia, parece que ya se están negociando los derechos para una película de tv. A Piñera le subió el porcentaje de buenas opiniones y los 33 tienen el futuro asegurado, business are business. Todo el mundo feliz.

Los hoteles abarrotados de inesperados clientes se fueron poco a poco quedando vacíos, la cohorte internacional de reporteros campeones del vivo y en directo, CNN de todos los países empezaron a hacer las maletas, la insaciable actualidad ya encontró otro buzz para captar la atención y la audiencia del respetable público. Dicen que en Afganistán…

Al final, después de toda esta agitación, Copiapó recuperó otra vez su tranquilidad de apacible puerta del desierto, el silencio discreto de sus cerros, su inmenso cielo azul, su porfiado sol de mediodía y sus frías noches solitarias.

Copiapó volvió a dormir tranquila...